Dos artistas chilenos, sin futuro en sus patria, sin embargo admirados en Argentina y el extranjero. Oliva dejaba su hogar en Valparaíso, Chile, una vida cómoda, y una buena herencia paterna por seguir la bohemia junto a su violín lo que más amaba. Rojas con su increíble parecido a Carlos Garde y su voz, en su patria que cantaba sobre pistas de Gardel haciendo un doblaje. Argentina creyó en ellos, Murieron con destinos casi parecidos
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